Los huesos, así como todo el sistema esquelético, cumplen funciones de gran importancia para el funcionamiento del cuerpo humano.
El esqueleto humano está formado por huesos y tienen como función principal proteger determinados órganos vitales como el encéfalo, que está protegido por el cráneo, y también los pulmones y el corazón, que están protegidos por las costillas y el esternón, y sirven también para almacenar grasa y minerales.
Funciones
Los huesos tienen las siguientes funciones:
- Sustentación del cuerpo.
- Sirven como puntos de apoyo para los músculos, permitiendo la locomoción.
- Protege las estructuras internas.
- Protección contra impactos: varios huesos protegen a órganos importantes del cuerpo humano. Un ejemplo es el encéfalo que está protegido por los huesos del cráneo.
- Almacenamiento de energía: Dentro de la médula ósea amarilla se encuentran las células de grasa y dentro de estas se almacenan los triglicéridos.
- Producción de células sanguíneas: la médula ósea roja es la encargada de producir eritrocitos, leucocitos y plaquetas. Esto ocurre en la parte interna de algunos huesos.
- Almacenamiento de minerales: algunos minerales importantes para el cuerpo son almacenados por el tejido óseo, como el fósforo y el calcio. Cada vez que el organismo necesita estos minerales, los huesos son los que se encargan de liberarlos, posibilitando así la homeostasis (equilibrio mineral).
Tipos de huesos
Hay cinco tipos de huesos:
Los planos o laminares: presentan función protectora, y longitud y anchura similares o más grandes que el espesor, por ejemplo, el hueso frontal del cráneo.
Los cortos: presentan tres dimensiones similares, por ejemplo huesos carpales.
Los sesamoides: se desarrollan dentro de los tendones, por ejemplo, la patela.
Los irregulares: no presentan relación entre sus dimensiones, por ejemplo, las vértebras.
Los largos: presentan forma tubular, y longitud mayor que la anchura y el espesor, por ejemplo, el fémur.
Los huesos largos se dividen en tres partes: la diáfisis (parte tubular largo del hueso largo), epífisis (los dos extremos ensanchados de los huesos largos) y la metáfisis (parte dilatada de la diáfisis próxima a la epífisis).
El periostio es una membrana de tejido que recubre la superficie externa del diáfisis, protege al hueso y sirve como medio de fijación para la musculatura, además de poseer vasos sanguíneos. El endostio se encuentra en el interior de la región medular del hueso (centro del hueso).