El hueso sirve como un marco protector y de apoyo para el cuerpo. Aunque realiza estas funciones, el hueso es en realidad un órgano muy dinámico que se está constantemente remodelando y cambiando de forma para adaptarse a las fuerzas diarias que se le ponen.
Además, el hueso almacena nutrientes, minerales y lípidos cruciales y produce células sanguíneas que nutren el cuerpo y juegan un papel vital en la protección del cuerpo contra las infecciones. Todas estas funciones hacen de los aproximadamente 206 huesos del cuerpo humano un órgano esencial para nuestra existencia cotidiana.
El sistema óseo consiste en los huesos, el cartílago y las membranas que recubren los huesos. Cada hueso es un órgano que incluye tejido nervioso, tejido epitelial (dentro de los vasos sanguíneos) y tejido conectivo (sangre, hueso, cartílago, adiposo y tejido conectivo fibroso).
Funciones
Los huesos tienen muchas funciones, incluyendo las siguientes:
Apoyo: Los huesos proporcionan un marco y apoyo para la unión de músculos y otros tejidos.
Protección: Los huesos como el cráneo y la caja torácica protegen a los órganos internos de lesiones.
Movimiento: Los huesos permiten los movimientos del cuerpo actuando como palancas y puntos de sujeción para los músculos.
Almacenamiento de minerales: Los huesos sirven como reserva de calcio y fósforo, minerales esenciales para diversas actividades celulares en todo el cuerpo.
Producción de glóbulos rojos: La producción de células sanguíneas, o hematopoyesis, se lleva a cabo en la médula roja que se encuentra dentro de las cavidades de ciertos huesos.
Almacenamiento de energía: Los lípidos, como las grasas, almacenados en células adiposas de la médula amarilla sirven como reserva de energía.