El sistema inmunológico está compuesto por muchas células, que colectivamente protegen nuestro cuerpo de invasores externos, tales como bacterias, virus, organismos patógenos y enfermedades que transportan parásitos.
Función
La principal función del sistema inmunológico es la de identificar los antígenos extraños y las células tumorales que pueden causar enfermedades con el objetivo de erradicarlos de su sistema, de modo que el cuerpo permanezca sano y libre de enfermedades.
El sistema inmunológico humano funciona a través de diferentes niveles de defensa. La piel sirve como primera línea de defensa, ya que crea una barrera entre el interior y el mundo exterior (que está lleno de agentes patógenos).
Una buena higiene personal, limpieza adecuada e ingesta de vitamina A ayudan a la piel a luchar contra los gérmenes y las bacterias. Este primer conjunto de funciones se denominan generalmente «naturales» o «innatas» porque son innatas y no específicas.
Los humanos tienen una capa protectora extra llamada sistema inmunitario adaptativo o sistema inmunitario específico.
La principal función del sistema inmune adaptativo es identificar los antígenos extraños con el objetivo de invadir y destruir los agentes patógenos y las moléculas que producen efectos tóxicos.
Una acción protectora del sistema inmunológico humano es la inflamación, conociéndose de esta manera los patógenos que han entrado en el cuerpo y que tienen que sacarse del organismo.
Los síntomas de la inflamación son enrojecimiento, dolor e hinchazón, que son causados por el aumento del flujo sanguíneo a los tejidos.
La inflamación es estimulada por factores químicos liberados por las células dañadas y sirve para crear una barrera física contra la propagación de la infección.